Niños de 4 a 13 años aprenden idiomas en sus mundos de juego favoritos con profesores nativos. Adecuado para niños con TDAH, autismo, bilingües y familias migrantes.
El entorno del juego es familiar y comprensible, así que la energía del niño se convierte en motivación y en un progreso rápido en el idioma.
Adaptación suave, conversación en vivo y desarrollo de habilidades sociales en un entorno de juego seguro.
Escenarios estructurados, formato predecible y movimiento ayudan a mantener la atención y reducir la ansiedad.
Los padres notan que el niño se comunica con confianza con extranjeros, no teme hablar y empieza a percibir el idioma como parte de su vida, no solo como una asignatura escolar.
Clases basadas en videojuegos con profesores nativos
"Si observas a un niño jugar durante unos minutos, verás cómo planifica, negocia, reparte recursos y busca soluciones. Estas habilidades son especialmente importantes para niños con TDAH y pueden desarrollarse mediante el juego."
"Aprender a través del juego sostiene la motivación intrínseca y desarrolla la flexibilidad mental. El niño aprende no solo palabras, sino también una manera de mirar el mundo."
"Mi hijo adora Roblox y Minecraft: puede construir y jugar durante horas, pero con su TDAH le resultaba muy difícil aprender en clases tradicionales. En algún momento llevamos a los profesores a sus juegos favoritos y empezamos a enseñar diferentes asignaturas allí mismo, en su entorno familiar. Ahora funciona no solo para nosotros, sino para cientos de familias."
Los investigadores estudian el impacto de los juegos en la atención, la creatividad y el desarrollo del pensamiento
El idioma deja de ser una obligación y se vuelve parte del interés personal del niño por el juego y la comunicación.
Los errores se normalizan y resulta más fácil empezar a hablar incluso con desconocidos.
Aprende palabras que serán útiles en situaciones reales de juego y de la vida diaria.
Se acostumbra a escuchar diferentes acentos y deja de tener miedo a sonar imperfecto.
Aprende a negociar, explicar sus ideas y escuchar a otros niños en otro idioma.
Domina nuevas reglas y entornos en un formato de juego seguro, lo que ayuda a adaptarse también fuera del juego.
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